Más vacaciones si se cumplen objetivos, el arma de doble filo para incentivar la productividad
En un momento del año donde muchos empleados están ya planificando y escogiendo fechas para las vacaciones de verano nos planteamos la posibilidad de incluir en la empresa vacaciones ilimitadas si se cumplen objetivos.
- ¿Qué vacaciones son obligatorias? Los convenios colectivos y el Estatuto de los Trabajadores marcan un periodo de vacaciones mínimo, pero las empresas pueden ofrecer más
- El trabajo flexible suele ser una alternativa más adecuada que las vacaciones ilimitadas
Con la entrada en vigor de la nueva normativa de control horario el pasado 12 de mayo, parece que todo lo que tiene que ver con las jornadas laborales está muy de moda.
Las vacaciones por objetivos es una de esas nuevas «modas»: una medida que lejos de ser utópica ya está implantada en alguna de las grandes multinacionales. Algunas compañías como Netflix, LinkedIn, General Electric o Virgin en Estados Unidos y también en Reino Unido han puesto en práctica esta estrategia para premiar a sus empleados.
En muchas empresas se busca implantar una cultura del alto rendimiento. Esto supone que los trabajadores estén dando el 100% de su productividad siempre. Para motivarlos a que alcancen este nivel y mantengan este ritmo uno de los incentivos que se ofrecen son vacaciones ilimitadas.
La legislación laboral en España y las vacaciones
- Lo cierto es que en el caso de Estados Unidos las vacaciones son un derecho que se va ganando con el tiempo y la permanencia en la empresa, al contrario de lo que ocurre en España, que está mucho más regulado por el Estatuto de los Trabajadores en un mínimo de 30 días naturales.
- Las empresas podrían ofrecer vacaciones ilimitadas cumpliendo objetivos, pero no es raro que surjan obstáculos como, por ejemplo, unas fechas de entrega o un compromiso de calidad en el trabajo muy altos que está obligando a los empleados a no poder dejar de trabajar. De esta forma no todo el mundo puede acceder a dichas vacaciones ilimitadas.
- Además, tener un periodo ya regulado de vacaciones obligatorias y no sustituible por compensación económica hace que, para muchos, disfrutar de más días no sea un incentivo tan apetecible. Mantener la intensidad en el trabajo para cogernos una semana más de vacaciones puede que no sea lo que más desean los empleados.
- El objetivo final no es solo premiar a los trabajadores más productivos, sino que esta pausa les sirva para volver descansados, más creativos y con ganas de volver a lograr esos objetivos que les permiten tomarse una semana más de vacaciones. En definitiva, se trata de “recargar las pilas”, algo que muchos en nuestro país hacen utilizando los puentes.
Cumplir objetivos, pero sin hacer horas extras
- No se trata de alargar jornadas o cumplir objetivos a base de echar horas, sino de cambiar la cultura de la empresa, de dejar de cobrar por el tiempo que pasamos en ella y hacerlo en realidad por el trabajo que entregamos. Aunque esto choca con la cultura del presentismo de muchas organizaciones, una medida de este tipo se puede implantar en organizaciones con unas métricas y objetivos claros.
- A la vez, la puesta en marcha del control horario y la obligación del registro de la jornada puede chocar con este tipo de cultura de trabajo, donde en un día en el que estamos especialmente inspirados podemos prolongar la jornada varias horas hasta finalizar la tarea en la que estamos enfrascados, pero en otro en el que las cosas no salen, optemos por parar y marcharnos a casa a medio día.
- Además, cumplir con objetivos exigentes puede provocar estrés, simplemente por el hecho de entrar en el círculo vicioso de si me voy de vacaciones no cumpliré con los objetivos del próximo trimestre, del próximo mes, etc. O simplemente está mal visto en una cultura muy competitiva de trabajo, donde los compañeros pueden mirarnos con recelo si nos tomamos más días de vacaciones.
Políticas de flexibilidad horaria, la alternativa a las vacaciones ilimitadas
Las vacaciones ilimitadas son el envoltorio de un caramelo que no a todo el mundo le agrada. Por eso muchas empresas buscan una política de incentivos que de verdad seduzca a sus empleados para mejorar la productividad. La flexibilidad horaria es uno de los aspectos claves para mantener motivados a los trabajadores.
Son varias las medidas que pueden impulsarse en este sentido en las empresas:
- Flexibilidad en las horas de entrada y salida, favoreciendo la adaptación de los horarios a la vida personal de cada empleado. Se eliminan factores de estrés y se facilita que, por ejemplo, puedan entrar antes para evitar atascos o más tarde si tienen que dejar niños en el colegio o quieren ir al gimnasio a primera hora.
- Tener una bolsa de horas para asuntos propios de manera que, si tienen un problema doméstico, pasar la ITV del coche o cualquier cuestión puedan hacerla de forma normal, sin tener que pedir día libre o solicitar “favores” a terceros.
- Teletrabajo algún día de la semana para solventar problemas de conciliación. Si nuestro hijo está enfermo y podemos trabajar desde casa para cuidarlo, no supondrá tanto problema. Lo mismo si una o dos tardes a la semana, o un día lo hacemos de forma habitual.
En todo caso, aunque pueda parecer muy apetecible, las vacaciones ilimitadas no dejan de parecer un gran reclamo, pero lograr todos los objetivos para luego poder tomarlas en las empresas no es tan fácil como parece. Por eso, implantar el trabajo flexible puede ser mucho más efectivo para motivar a la plantilla.
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