La importancia de la formación como inversión en la empresa
Uno de los aspectos en los que la crisis económica ha sido positiva para las empresas, si podemos ver un lado bueno de la misma, ha sido la necesidad de mejorar su productividad para ser más competitivas. Existen varias formas de conseguirlo, pero una de ellas es conseguir hacer más en menos tiempo. Para ello necesitamos que nuestros empleados en la empresa den lo mejor de si mismos, y para ello creo que es básico resaltar la importancia de la formación como inversión en la empresa.
Porque muchas veces en las empresas los empleados tienen que cambiar su rol en la empresa. Para ser más eficientes y más competitivas muchas de ellas se reorientan, buscan nuevos sectores donde ser más competitivos o simplemente tienen que adaptar sus plantillas a las nuevas necesidades. A veces esto no se arregla reduciendo personal sino que se necesita que adquieran nuevas habilidades acorde a las necesidades que las empresas tienen de ellos.
La formación como valor añadido para la empresa y para el empleado
Los recursos humanos también son un activo de la empresa. Tenemos que saber gestionarlos, ver las debilidades y fortalezas de cada uno de los empleados y tratar de potenciar unas y minimizar otras. Si somos capaces de hacerlo sin duda vamos a conseguir una eficiencia en la empresa que nos hará mejorar y ser más competitivos.
Aquí se pueden dar varios escenarios. Por un lado la formación puede ser para todos, si tenemos un aspectos donde todos los empleados, o los de un determinado departamento, tienen que mejorar en algún aspecto. Pongamos el caso de una empresas donde antes había tanto trabajo que el personal que tiene en su oficina no era suficiente para atender a los clientes que entraban por la puerta. Pero ahora el escenario ha cambiado y tienen que ser ellos los que busquen nuevos clientes.
Parece lógico que un curso de venta telefónica, si tienen que mantenerse en las instalaciones de la empresa, sería de ayuda para mejorar las ventas. También un CRM que nos permita hacer un seguimiento de las ofertas que hacemos, de las necesidades de los clientes y ofrecerles un trato mucho más personalizado, que quizás antes se ofrecía con un gestor personal que ahora puede que no tengamos.
Invertir en formación pero también en herramientas que nos ayuden a cumplir con la misión o el nuevo rol que nos han encomendado en la empresa de forma eficaz. De nada servirá tener un estupendo curso de ventas, que nos convierta en excelentes vendedores, que nos evite cometer errores con los clientes y mejorar las ventas si luego tenemos poco más que una hoja de cálculo para realizar el seguimiento de los clientes con los que hablamos cada día.
Por último la formación tiene que servir para adaptarnos a los cambios y minimizar errores. La empresa está en constante evolución y tenemos que realizar nuevas tareas cada cierto tiempo. Si tenemos un plan de formación la curva de aprendizaje se reducirá enormemente y se conseguirá adaptarse a los cambios de forma rápida y eficaz.
Vencer la resistencia al cambio de rol de los empleados
Pero también es necesario que las herramientas de formación sean eficaces. Es muy importante que los empleados no sientan que la formación que están realizando es una pérdida de tiempo. La formación tiene que estar adaptada y personalizada lo máximo posible a las necesidades de cada empleado.
De esta forma los empleados sienten que el tiempo que están invirtiendo en esta cuestión será de utilidad y les ahorrará tiempo en el futuro en sus tareas diarias, en definitiva, les hace más productivos. También que sea accesible desde cualquier lugar, preferentemente desde su puesto de trabajo y que no represente una carga añadida.
Por último, es necesario vencer la resistencia al cambio haciendo que la formación sea valorada profesionalmente por los empleados, es decir, sientan que es un activo en su currículo, de manera que si el día de mañana se van a trabajar a otra organización sea un motivo más por el que podrían ser contratados.
Conclusión
La formación continua en la empresa es casi una obligación hoy en día. Con una empresa que tiene que adaptarse a múltiples cambios, ser flexible y conseguir que sus recursos humanos sean lo más eficaces posibles para maximizar la productividad, la formación es el camino que debemos recorrer para lograrlo.