Finanzas

Impuestos indirectos: Qué son y qué tipos hay

En este artículo describimos las características y funcionamiento de los impuestos indirectos y sus diferencias con los directos.

Dos personas conversando animadamente en un entorno de trabajo acogedor.

En este artículo podrás conocer qué son y cómo funcionan los impuestos indirectos y en qué se diferencian de los directos. Además, te daremos las claves para que cumplas con las obligaciones formales.

  • Junto a los impuestos directos y las cotizaciones sociales, los impuestos indirectos son los tributos de mayor relevancia.
  • Con frecuencia, las diferencias entre impuestos directos e indirectos son sutiles.

Según el último Informe Anual de Recaudación Tributaria, correspondiente al año 2023, la Agencia Estatal de la Administración Tributaria recaudó 110.325 millones de euros en concepto de impuestos indirectos

Además, la influencia de los impuestos indirectos en los negocios no se queda solo en lo recaudatorio. Por ejemplo, son fuente de múltiples obligaciones formales y tributos con una importante repercusión en los precios pagados y cobrados. 

Los impuestos indirectos forman parte de la vida cotidiana de los negocios. ¡Toma nota de sus características más destacadas!

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Qué son y qué gravan los impuestos indirectos

La definición de impuestos indirectos no tiene un sustento teórico suficientemente claro. Por ello, los expertos han buscado tradicionalmente su caracterización en las diferencias con los impuestos directos.

Sin embargo, para comprender la definición de impuestos indirectos, lo primero es partir del principio de capacidad económica, establecido en el artículo 31.1 de la Constitución Española: “todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica”.

El problema es determinar cuándo una manifestación de la capacidad económica es directa o indirecta. Los teóricos del tema han propuesto varias formas de distinguirlo en función de las diferencias entre ambos tipos de tributos. En la práctica, se suele recurrir a criterios más convencionales:

  • Los impuestos directos gravan, principalmente, la obtención de la renta o la posesión de un patrimonio.
  • Los impuestos indirectos gravan la utilización de la renta y del patrimonio.

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Diferencias entre impuestos directos e indirectos

En líneas generales, los impuestos indirectos y los directos se diferencian en:

  • Legales: en diversos casos, un impuesto es directo o indirecto en función de lo que manifieste la norma. El artículo 1 de la Ley 35/2006 califica al IRPF como impuesto directo, lo mismo que hace el artículo 1 de la Ley 27/2014 con el impuesto sobre Sociedades. Por su parte, el artículo 1 de la Ley 37/1992 adjetiva al IVA como indirecto, al igual que lo dice el artículo 1 del Real Decreto Legislativo 1/1993 sobre el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados; o el artículo 1 de la Ley 38/1992 sobre los impuestos especiales. 
  • La repercusión: es habitual que, al contrario de lo que sucede en los impuestos directos, el sujeto pasivo tenga que repercutir el impuesto a otros, es el caso, por ejemplo, del IVA. Sin embargo, eso no es una regla universal, ya que encontramos impuestos, como el de transmisiones patrimoniales, en los que tal mecanismo de repercusión no existe y no por ello el impuesto se considera directo.
  • Carácter personal: las características del sujeto pasivo sean tenidas en cuenta en los impuestos directos que en los indirectos.

Como vemos, las diferencias son sutiles y no suelen seguir una regla. Se han propuesto otras distinciones. Por ejemplo, se dice que es más probable que el sujeto pasivo traslade un impuesto indirecto a otros (proveedores, clientes, empleadores, etc.). Sin embargo, en realidad, depende de la demanda, los costes y la estructura del mercado.

Los principales impuestos indirectos

En el sistema tributario español, existen muchos impuestos indirectos. De todos ellos, destacan los siguientes:

  • Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).
  • Impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados.
  • Los impuestos especiales.
  • Los aranceles.
Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA)

Es uno de los impuestos más importantes por diversas razones, entre las que destacan las siguientes:

Los efectos sobre la distribución de la renta. En el IVA, existen diversas exenciones y varios tipos de gravamen. Para que pueda aportar progresividad al conjunto del sistema tributario, el IVA debe centrar las tributaciones más elevadas sobre los bienes y servicios adquiridos con personas con mayor capacidad de pago. Sin embargo, no siempre es sencillo atinar, hay que tener en cuenta que la composición de las cestas de consumo varía con el tiempo y muchas veces con más velocidad que la normativa del IVA.

Su elevada recaudación. No suele estar lejana a la del IRPF e, incluso, en determinadas coyunturas, puede superarlo.

La armonización europea. Las leyes del IVA de los diferentes países de la Unión Europea siguen una directiva comunitaria. No obstante, hay algunos territorios en los que no se aplica. En España, es el caso de Canarias, Ceuta y Melilla, que aplican otros impuestos indirectos, como el IGIC canario o el IPSI en Ceuta y Melilla.

La influencia en la facturación. El reglamento de facturación se aprueba de conformidad con la ley del IVA. Ello tiene también una repercusión contable. 

Impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados

Es un impuesto que está conformado por tres:

El impuesto sobre actos jurídicos documentados se paga cuando se formalizan, otorgan o expiden ciertos documentos notariales, administrativos o mercantiles.

El impuesto sobre transmisiones patrimoniales sujeta diversos hechos. Entre ellos, destacan las transmisiones onerosas de bienes que forman parte del patrimonio de particulares. 

El impuesto sobre operaciones societarias. Se aplica en constitución de sociedades, ampliaciones y reducciones de capital, aportaciones de socios sin aumento de capital y el traslado a España de la sede de dirección efectiva o del domicilio social desde fuera de la Unión Europea.

Los impuestos especiales

Son tributos que se dirigen hacia operaciones específicas. Destacan los que gravan los hidrocarburos, el alcohol, el tabaco y la matriculación de vehículos. En general, buscan dos objetivos:

Recaudar más eficientemente. Algunos de estos impuestos gravan bienes cuyo consumo se reduce poco al subir su precio. Así, las repercusiones en la asignación de los recursos son menores.

Gravar más determinados hechos imponibles que afectan a la conservación ambiental o la salud o que son consumidos, principalmente, por rentas más elevadas.

Los aranceles

Se pagan en determinadas operaciones comerciales con otros países. No obstante, en las últimas décadas se han reducido muchísimo o incluso han desaparecido. En todo caso, aunque se pague poco o nada, existe una extensa normativa sobre obligaciones formales.

Aunque existen muchos impuestos indirectos en España, el IVA es el más destacado de ellos, en especial por sus repercusiones empresariales y para los consumidores y usuarios.

Las obligaciones formales en los impuestos indirectos

Más allá de que repercutas o no el tributo, disfrutes o no de una exención o los tipos sean bajos, los impuestos indirectos suelen generar obligaciones formales. Entre ellas destacan:

  • Las documentales, en especial las relacionadas con las facturas.
  • La presentación de modelos tributarios.

En la práctica, lo más útil para llevar estas obligaciones es contar con herramientas informáticas con ciertas características:

  • Han de cumplir con las normas derivadas de la ley antifraude. En julio de 2025, eso implicará tener que cumplir ciertos requisitos. Sin embargo, ya hay conductas sancionables, como que el software permita una doble contabilidad, entre otras.
  • Es muy recomendable que las herramientas puedan volcar automáticamente los datos en modelos tributarios. Te ahorrará tiempo y errores.
  • También conviene poner los datos al servicio del control de tu planificación fiscal. Ten en cuenta que los impuestos indirectos suelen tener que seguirse a lo largo de muchas operaciones. Las herramientas han de hacer sencilla y fluida la comparación de lo planificado con lo sucedido.
  • Los informes han de ser intuitivos y en tiempo real.
  • Es, además, muy útil emplear el volumen de datos generado para mejorar tus decisiones de gestión.

Aunque estos requerimientos parezcan mucho pedir, hoy en día existen herramientas que te lo sirven en bandeja. Es el caso, por ejemplo, de Sage Active, una solución que, además, es sencilla de usar e instalar.

Nota del editor: Este artículo fue publicado con anterioridad y actualizado a 2024 por su relevancia.