Finanzas

Estimación directa, una forma de tributar solamente por lo que ganas en el modelo 130

La estimación directa es una forma de pagar el IRPF en función de los resultados […]

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La estimación directa es una forma de pagar el IRPF en función de los resultados reales de tu negocio, que no son más que la diferencia entre lo que hayas ingresado y lo que hayas gastado.

Es una opción interesante que se materializa a través del Modelo 130 y a la que se acoge una buena parte de los autónomos, ya que les permite pagar en función de lo que ganan y compensar fiscalmente las pérdidas.

Todos los trabajadores por cuenta propia están obligados a tributar por sus ganancias empresariales mediante el Impuesto sobre la Renta de las Personas, el conocido IRPF. Este tributo se materializa a través del Modelo 130 , pero hay dos formas de cumplimentarlo: por estimación directa o por estimación objetiva (los conocidos módulos).

La diferencia entre ambas radica en la manera de calcular el rendimiento obtenido al final de trimestre. De tal manera que mientras la directa se basa en el beneficio real (ingresos-gastos), la objetiva hace una estimación en base a los medios de producción de los que dispone la empresa y la supuesta rentabilidad que el negocio debería obtener de ellos.

Estimación directa normal y simplificada

La estimación directa, a su vez, tiene dos modalidades:

  • Simplificada
  • Normal

Por estimación directa simplificada pueden tributar todos los autónomos siempre y cuando su actividad empresarial no les obligue a entrar en el régimen objetivo (existe una orden ministerial al respecto) y sus ingresos anuales no superen los 600.000 euros. Superado el umbral de los 600.001 euros hay que pasar a la estimación directa normal.

En ambos casos, la cuota a ingresar será el 20% del rendimiento; excepto en agricultura y pesca, sectores en los que el porcentaje se reduce al 2%.

La principal diferencia está en que los autónomos en estimación directa simplificada están obligados a reflejar su contabilidad en libros de ventas e ingresos, compras y gastos, bienes e inversión y un último cuaderno para el IVA. Mientras que los que operan en estimación directa normal deben llevar una contabilidad similar a la de las sociedades, con balances, cuentas de pérdidas y ganancias, etcétera.

Elegir entre estimación directa u objetiva es, por tanto, la gran decisión del autónomo. Lo más recomendable es hacer una simulación de ambas opciones y ver cuál resulta más rentable. Los inscritos en estimación objetiva que deseen cambiar, pueden hacerlo manifestado su elección a la Agencia Tributaria dentro de unos plazos establecidos.

Ahora bien, al hacerlo deben tener en cuenta que la renuncia a un sistema obliga a tributar por el otro durante los siguientes tres años.

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