6+1 beneficios que aporta un buen contable a la empresa
Tener nuestro propio negocio o, sencillamente, darnos de alta como autónomos para poder facturar por los servicios o trabajos realizados lleva muy ligado un proceso que va más allá de lo meramente profesional, pero que, sin embargo, debe tratarse con mucho cuidado y desde el conocimiento: la gestión contable, financiera, fiscal y laboral. Atrás quedaron aquellos tiempos en los que un contable únicamente hacía sumas, asientos y resolvía problemáticas del negocio. En la oficina del siglo XXI, el contable ocupa una de las figuras más importantes de la empresa, realizando multitud de tareas diferentes.
Como autónomo o como pyme, es vital decidir cómo vamos a resolver esta gestión. No es lo mismo ser un profesional freelance que emite cuatro facturas al mes a determinadas empresas, que montar una cadena de restauración y contratar a diez camareros. Y es que este profesional de ciencias económicas puede valer tanto «para un roto como para un descosido». Es decir, no debemos ubicarle únicamente llevando la contabilidad mensual de la empresa, puede convertirse en una especie de médico de cabecera del negocio, siendo una base importantísima para la toma de decisiones.
Un buen contable: mucho más que un amante de los números
Seamos claros. La contabilidad no es que sea la profesión más emocionante, pero no todo el mundo está hecho tampoco para ser un gran deportista, un cantante o un chef. Independientemente de esto, es importante contar con un buen profesional en este terreno y que además nos genere confianza. Tengamos en cuenta que no es únicamente alguien que lleva nuestros libros contables, sino también nuestro asesor e, incluso, un confidente en asuntos de negocios.
La primera recomendación es contratar los servicios de un contable antes de arrancar con las operaciones de la empresa. Si no disponemos de un gran presupuesto para integrarlo dentro del equipo de trabajo, siempre se puede contratar por horas o contratar a alguien externo que lleve las tareas desde su despacho.
Es obvio que contratarlo cuesta dinero. Pero un simple cálculo nos convencerá de su necesidad: contemos el tiempo que nos llevaría hacer a nosotros mismos sus tareas (cierre del ejercicio contable, por ejemplo) y que un contable puede hacernos en «un momento».
Y es que las funciones de un contable son muy amplias. Desde la realización de un trámite como conseguir un permiso, hasta efectuar altas y bajas de trabajadores, declaración de impuestos, contabilidad mensual, auditoría internas, estudio de la rentabilidad, etc. Además, motivos nunca faltan para su contratación:
- Contar con un asesor contable desde el principio nos ayudaría a elegir la forma jurídica (Sociedad Limitada, Sociedad Anónima, etc.) del negocio, ya que no todos los negocios tienen la misma estructura jurídica y, frente a Hacienda, no es lo mismo declarar como un autónomo que como una sociedad.
- Ayuda para elaborar el plan de negocio. Hacer proyecciones y plasmar en papel lo que existe en nuestra mente no es siempre fácil. El contable nos ayudará a realizar un plan de inversiones y de financiación realista.
- Domina tu contabilidad antes de que ella te domine a ti. Por muy simple que sea nuestro negocio, puede ser que la contabilidad se nos termine haciendo grande. Por ejemplo, la simple regla del «debe» y del «haber» puede hacer que haya auténticos descuadres. De esta forma, el contable puede ayudarnos con el informe de facturación, con nuestra situación patrimonial o a conocer cómo de sana es nuestra deuda.
- Seguridad Social y Hacienda: dos enemigos de armas tomar. Desde llevar al día el pago de la cuota, la liquidación de impuestos, hacer una compra, ampliar el negocio…. Muchas de esas situaciones implican informar a la Administración, por lo que contar con ayuda nos puede sacar de muchos embrollos.
- Un soporte para difíciles decisiones. Imaginemos que necesitamos solicitar un préstamo o que queremos lanzar un nuevo producto. Son decisiones que pueden cambiar el rumbo de nuestro negocio y que afectan directamente a la estructura financiera de la empresa. Por ello, un contable nos asesorará sobre qué es lo mejor y a no dejar pasar por alto la letra pequeña.
Si quieres saber más sobre las ventajas de contar con un contable profesional y de confianza en nuestro día a día empresarial, no pierdas de vista los consejos que te hemos dado en este artículo.