Temporada 2: Da rienda suelta a la productividad
Cómo desarrollar tu capacidad humana para trabajar mejor
En una era de eficiencia tecnológica, es hora de redefinir la productividad y abrazar nuestra capacidad humana para tomar decisiones inteligentes en el trabajo.
- Será importante intentar evitar hacerlo todo ya que puede llevar a la saturación y a centrarnos en actividades superficiales.
- Es clave identificar y priorizar el trabajo que impacta en nuestros objetivos reales nos ayuda a evitar la trampa de tareas ocupadas pero ineficaces.
Durante años, hemos asociado la productividad con hacer lo máximo posible, con exprimir nuestro tiempo hasta la última gota y tachar tareas de nuestra lista creciente sin piedad, pero así no es como mejor trabajamos los seres humanos. En una era en la que la tecnología es cada vez más eficiente, es hora de asumir nuestra capacidad humana.
Toma mejores decisiones
La productividad no consiste en hacerlo todo. De hecho, intentar hacerlo todo es lo que acaba matando nuestra productividad.
¿Alguna vez has intentado trabajar a partir de una lista de tareas interminable? ¿Cómo eliges en lo que te quieres centrar? Cuando tratamos de hacerlo todo, acabamos saturados. Es entonces cuando más probabilidades hay de acabar optando por las victorias rápidas o tareas sencillas, o de responder a los correos más inmediatos en lugar de atender a los elementos más importantes o estratégicos de la lista.
Cuando estamos saturados, es más probable que busquemos el alivio rápido de sentir que hemos hecho algo en lugar de preguntarnos si estamos trabajando en las cosas adecuadas. Nos centramos en la cantidad y no en la calidad, en la actividad y no en los resultados.
Solo cuando cambiamos de actitud y dejamos de tratar de hacerlo todo podemos priorizar lo que de verdad merece la pena y pensar en qué es mejor que centremos nuestra capacidad limitada.
Separa el trabajo falso del trabajo real
El trabajo real es ese trabajo que te acerca a tus objetivos. El trabajo falso es el trabajo que simplemente te mantiene ocupado. Créeme: ¡hay mucho trabajo de este tipo!
Cuando te enfrentes a una lista de tareas abrumadora, pregúntate cuáles de ellas son trabajo real y cuáles son las dos o tres cosas que tendrán mayor impacto: ese es el trabajo que debes priorizar.
A continuación, pregúntate cuál es el trabajo falso. Cuáles son los diez elementos que puede que te hagan sentir productivo al tacharlos, pero que en realidad te impedirán dedicarte al trabajo real. Ese es el trabajo que debes rechazar, eliminar o delegar.
Puede que se trate de esa reunión a la que no necesitas asistir. O del trabajo que el resto de tu equipo es perfectamente capaz de hacer; pero como te han metido en el hilo de correo, no has podido evitar involucrarte. O esas revisiones, cambios y modificaciones que no paras de hacer a tu producto, tu web o tu propuesta en lugar de dejar que vea la luz.
Deja espacio para el trabajo humano
¿Cuál es el valor humano que aportas a tu trabajo? ¿Es tu vena creativa? ¿Tu entusiasmo, energía y capacidad de poner a la gente de acuerdo? ¿Tu atención al detalle? ¿O tu capacidad de tomar decisiones importantes?
Todas estas cualidades requieren algo más que tiempo: requieren capacidad. Tu capacidad mental de pensar con claridad y tomar buenas decisiones. Tu capacidad emocional de hacerte una composición de lugar, de interactuar, de entablar relaciones y de influir en las personas.
La próxima vez que te plantees si decir que sí a esa reunión o a esa tarea adicional, no te preguntes si dispones del tiempo necesario, pregúntate más bien si tienes la capacidad o la energía emocional necesaria para llevarla a buen término.
¡El trabajo consiste en pensar!
Seguramente hayas notado que aplicar estos consejos requiere pensar, no hacer. Esto se debe a que, a menudo, las personas con las que trabajo me dicen que no se conceden el tiempo necesario para pensar porque no les parece que eso suponga un esfuerzo.
No obstante, como trabajadores del conocimiento, pensar es el trabajo más valioso que podemos hacer. Para muchos de nosotros, cuanto más pensamos menos tenemos que hacer y más concreto, valioso y satisfactorio se vuelve nuestro trabajo. Para mí, ¡esa es la verdadera productividad!