Claves para resolver conflictos laborales
Los problemas que pueden existir entre los miembros de un equipo de trabajo, representan unos de los mayores retos a los que se puede enfrentar un jefe de equipo, sobretodo si no se gestiona adecuadamente desde un comienzo. Las claves para resolver de estos conflictos internos parten de la utilización de la comunicación como vía efectiva.
Los conflictos que pueden perjudicar la productividad son de dos tipos básicos: los profesionales y los personales. Este último puede ser insalvable desde la organización, pero debe ser gestionado con cuidado para que no se traduzca en problemas laborales que puedan contagiar a otros empleados y empeorar el clima general.
Conocer la existencia y la naturaleza del problema
Los conflictos internos se combaten con liderazgo, organización, observación y comunicación. Lo más importante es conocer la existencia del propio problema, algo que puede hacerse mediante la información directa de los afectados, por su entorno inmediato o por la observación de los responsables de área ¿Contamos con buenos mecanismos de comunicación interna?
Además, un descenso de la productividad puede indicarnos la existencia de algún tipo de problema silencioso, entre los que podrían estar los conflictos internos. Sea como sea, la reacción debe ser calmada, evitando recurrir a la confrontación con las partes.
Todas las historias tienen varias caras, por lo que sabiendo que hay un problema tenemos que preocuparnos por descubrir su naturaleza. Podemos empezar con una reunión con los protagonistas del enfrentamiento, eso sí, por separado.
Tenemos que darles la posibilidad de explicar su versión de lo que está pasando. Si parte de un fundamento profesional, seguro que tiene solución y puede ser toda una oportunidad de mejorar los mecanismos internos de la empresa.
Es posible que estemos ante un problema de organización de tareas, un error de comunicación (malentendidos, rumores o mentiras) o quizás del bajo rendimiento de uno, que el otro considera que le resulta perjudicial. Puede haber miles de motivos, pero en ocasiones sería recomendable hacer entrevistas con otros empleados con el fin de crear un cuadro más completo del problema.
Convocar un cara a cara entre los empleados, se podrá realizar cuando exista una causa profesional y pueda ser útil, pero tan solo cuando contemos con una idea clara de lo que pasa, tras enfriar los nervios en las reuniones individuales y dejando un margen para la reflexión y las soluciones, que quizás nos aporten los propios interesados en las reuniones individuales.
Si el problema es de índole personal, la empresa no podrá abordar ciertos aspectos, aunque deberá determinar si cuenta con margen para alejar a los afectados o si estos son capaces de separar el plano personal del profesional. Cuanto antes abordemos los conflictos internos, más probabilidad habrá de solucionarlos de forma satisfactoria para todas las partes.
Preguntas a despejar
Cuando reflexionemos sobre el problema deberíamos tratar de responder una serie de interrogantes que nos pueden permitir encontrar soluciones y explicar la postura de la empresa ante el conflicto. Además, deberíamos meditar sobre si nuestras propias opiniones sobre los trabajadores puede estar influyéndonos:
- ¿Se trata de un problema profesional?
- Si es así ¿Se debe a un error organizativo? ¿el problema ha crecido por no actuar a tiempo? ¿existe una vía para descubrir este tipo de conflictos?
- ¿El conflicto ha tenido efectos sobre la productividad? ¿por qué?
- ¿Se ha producido por un cambio implantado por la empresa? Si es así ¿se han generado efectos no esperados?
- ¿Los objetivos están mal planteados? ¿se está fomentando una competitividad excesiva? ¿no han quedado claro los límites de actuación de cada profesional?
- ¿La seguridad de alguno de los empleados está comprometida?
- ¿El problema tiene un fondo personal?
- Si es así ¿los empleados pueden comportarse de forma profesional dentro de la empresa? ¿han solicitado algún tipo de acción para reducir las tensiones en el puesto de trabajo?
- ¿Los implicados han actuado de forma profesional a la hora de resolver el conflicto? ¿se han mostrado abiertos a las soluciones propuestas?
Los problemas pueden surgir y ser más o menos graves, pero las soluciones siempre deben ser rápidas y justas. La única manera de lograrlo es comunicando, preocupándonos por entender bien el problema y buscando la implicación de todas las partes. Seguro que de esta manera, la propia empresa puede aprender y mejorar de la experiencia.