Finanzas

Innovación en la facturación y su impacto en la gestión empresarial

Describimos cómo los cambios fiscales y legales de las últimas décadas han movido a la transformación del software de gestión.

Responsable trabajando delante de su ordenador

Analizamos cómo los cambios fiscales y legales más importantes de las últimas décadas en España han impactado en el mundo empresarial. Además, repasamos el papel de la tecnología para dar fluidez a las transiciones.

  • Detrás de los cambios fiscales y legales más relevantes hay adaptaciones de los flujos de trabajo administrativo.
  • Las soluciones de gestión vienen flexibilizando las transiciones de las últimas décadas.

Si echamos la vista hacia atrás, podemos observar un mundo muy diferente. Los impuestos, facturas y cuentas eran otros. Después de una cadena de cambios fiscales y legales, ha ido desapareciendo un mundo para dar paso al actual. La prueba más sencilla es la de preguntar a aquellos jóvenes de los años 80 que hoy caminan hacia la jubilación cómo ha sido la transformación.

Lo curioso es que, probablemente, muchos emprendedores se den cuenta hoy de que, a pesar de que el entorno normativo ha sido exigente, sus negocios han salido fortalecidos. La tecnología ha tenido mucho que ver, siendo como una especie de amortiguador que ha facilitado la fluidez de las transiciones

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Los 80: La década del IVA

Ya en los años anteriores se habían dado pasos importantes en la reforma tributaria, con impuestos como el IRPF o el Impuesto sobre Sociedades. Con el nacimiento del IVA, a través de la primera ley del IVA (la Ley 30/1985) se da una vuelta de tuerca más. La facturación pasa a un primer plano y los emprendedores tienen que enfrentarse a un flujo en el que cada operación cuenta. 

En parte, hay un alivio con regímenes como el simplificado, pero muchos contribuyentes tienen que adaptarse más a fondo. Nace un impuesto en el que muchas circunstancias reflejadas en la factura influyen en la cuota y en las obligaciones formales.  

En esos años, lo que entonces se llamaba la informatización va ganando atención. Ya se tiene claro que el futuro no será protagonizado por el papel, la tinta y los contables con manguitos. Hay que pasarse al ordenador, ya que es un instrumento para mantener toda la información organizada y a punto para realizar presentaciones de impuestos y atender a los requerimientos de Hacienda.

Las soluciones contables y de gestión ha crecido con el tiempo al compás de los cambios fiscales y legales. ¡Descubre cómo se han transformado en la España de los últimos 40 años!

Los 90: Cambios fiscales y legales en varias direcciones

Los años 90 fueron una época de cambios en distintas direcciones:

  • Llegó un nuevo Plan General de Contabilidad en 1990, esta vez con una idea clara desde el principio de aplicación general.
  • En el IRPF, la Ley 18/1991 introduce novedades en muchos aspectos, en especial en la determinación de que es la persona y no el grupo quien debe tributar. Pero no será la única reforma notable, ya que la Ley 40/1998 introduce cambios relevantes. El de mayor importancia es el que traslada muchas desgravaciones de la cuota a la base. 
  • El IVA tiene una reforma relevante con la aprobación de la Ley 37/1992, sobre todo en lo referido a las operaciones intracomunitarias.
  • También se aprueba una nueva ley del Impuesto sobre Sociedades, la Ley 43/1995, que introduce el sistema de determinación de la base imponible a partir del resultado contable.
  • Los datos, no solo los fiscales, prosiguen una senda de protección en la que la Ley Orgánica 5/1992 coloca uno de los principales focos en la informatización en marcha.
  • La Ley 46/1998 establecía diversas regulaciones sobre la introducción del euro.

En este contexto, había una palabra clave para las soluciones informáticas del momento: actualización. A estas alturas, quedaba claro que un programa debía tener la suficiente flexibilidad no solo para cumplir los nuevos requisitos que reclamara cada reforma, sino también hacerlo de forma eficiente. Hay que tener en cuenta que los protocolos de tratamiento de los datos debían adaptarse con el menor consumo de recursos.

Por tanto, cada versión de las soluciones no solo buscaba cumplimiento normativo, sino también comodidad y utilidad. Se trata de hacer el cambio fluido y conveniente para las empresas y los autónomos.

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Década de 2000, rumbo a la digitalización

En estos años, hubo menos cambios, aunque algunos significativos:

  • Se aprobó la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria, que pretendía modernizar derechos y procedimientos y que daría pie a la aprobación de varios reglamentos de desarrollo importantes (aplicación de los tributos, sanciones, revisión en vía administrativa, recaudación, etcétera).
  • También hubo un nuevo reglamento de facturación, aprobado por Real Decreto 1496/2003. Su objetivo principal era alinearse con la Directiva 2001/115/CE.
  • El IRPF vivió la aprobación de una nueva ley del IRPF, la Ley 35/2006, que reformó diversos aspectos, como la tributación autonómica, la de las rentas del ahorro, los incentivos fiscales a los sistemas de previsión social o la forma de tratar el mínimo personal y familiar, en otros.
  • Con el Real Decreto 1514/2007, se aprobó una reforma contable que buscó un acercamiento equilibrado a las normas internacionales. Además, se aprueba, a través del Real Decreto 1515/2007 una versión para pymes y criterios específicos para microempresas del Plan General de Contabilidad.

En estos años, todo lo que se había aprendido sobre orden y flexibilidad en décadas anteriores seguía vigente, pero con nuevos matices. El entorno reclama mayor rigor en el cumplimiento normativo y una creciente orientación exterior, incluso en las pymes. 

En respuesta a este entorno, el software contable y de gestión prestaba cada vez más atención a los formatos fácilmente compartibles. El acceso a internet se había generalizado e interesaba cada vez más la compartición (dentro de la empresa y con asesores y otros terceros). Era, además, la respuesta a un mundo, en cambio, en el que la rapidez y precisión de las decisiones eran particularmente necesarias. Eso, con frecuencia, implica la labor de varios profesionales y la fluidez es indispensable.

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Década de 2010, la nube ya es cotidiana

En esta década también hay reformas relevantes:

  • Se aprueba un nuevo reglamento de facturación, a través del Real Decreto 1619/2012. Esta norma, que se autoriza para transponer la Directiva 2010/45/UE, entre otros aspectos, pone fin a los tiques y configura lo que hoy llamamos facturas simplificadas.
  • El impuesto sobre sociedades vive una reforma en varios aspectos con la Ley 27/2014. 
  • De la Unión Europea, llegó el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Supuso un revulsivo importante en la materia, ya que cambió la forma de proceder y estableció nuevas responsabilidades profesionales.
  • El IVA vivió un hito muy significativo en su proceso de digitalización con el SII. Por primera vez, la palabra inmediato se convierte en la protagonista.

En esta década, con proyectos como el SII o el RGPD, se habla mucho de flujos de datos. Las normas son cada vez más estrictas y se necesita herramientas que aúnen sofisticación en el tratamiento de datos con sencillez de uso.

Por fortuna, las soluciones contables y de gestión encontraron el aliado perfecto:la nube. Permite que la complejidad que requieren procedimientos exigentes se quede en los servidores. Pymes y autónomos iban a disfrutar de soluciones de calidad sin tener que invertir en equipos potentes. De hecho, con el tiempo, la propia Administración ha ido llevando a la nube muchas obligaciones y servicios de asistencia a los contribuyentes.

A lo largo de las décadas, los datos fiscales han ido cobrando cada vez mayor protagonismo y se ven afectados por normas crecientemente rigurosas.

Década de 2020: Cambios fiscales y la aparición de la nueva factura

Aunque queda mucha década, sabemos que uno de los protagonistas indiscutibles será la facturación. Ha habido otras reformas, como el sistema de cotización directa, que permite desde 2023 liquidar directamente los pagos. Sin embargo, la atención se viene centrando en lo que podemos llamar nueva factura, que resulta de la suma de varias reformas: 

  • Las haciendas forales han sido precursoras, con proyectos como Batuz o Ticket BAI. La filosofía, aplicada a actividades de todos los tamaños, es que los datos de facturación no sean manipulables.
  • En una línea semejante, la Ley Antifraude aprobó un software antifraude. Algunos aspectos ya están vigentes, pero sus concreciones más relevantes irán llegando en 2025.
  • Yendo un paso más allá, el Real Decreto 1007/2023 no solo aborda la cuestión del software que será obligatorio a partir de 2025, sino que también sienta las bases para Verifactu. Se trata de un sistema que permite voluntariamente enviar facturas a Hacienda.
  • La Ley Crea y Crece ha introducido una reforma de la facturación electrónica. Como principales hitos, destacan su implementación obligatoria en relaciones B2B y las nuevas obligaciones sobre estados de factura. Las grandes empresas deberán aplicar la reforma en 2025 y los profesionales y autónomos empezarían en 2026 con las obligaciones de emisión y en 2027 con las de estados de factura.

En este contexto, el software camina en varias direcciones. La marca la Ley General Tributaria, que exige, en su artículo 29 la “integridad, conservación, accesibilidad, legibilidad, trazabilidad e inalterabilidad de los registros, sin interpolaciones, omisiones o alteraciones de las que no quede la debida anotación en los sistemas mismos.”

Por tanto, hoy, como siempre, la orientación es que el software tiene que cambiar para que pymes y autónomos cumplan con las normas de la forma más fluida.

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