¿Cómo ayudar a los clientes afectados por la DANA?

Descubre cómo un asesor puede ayudar a los clientes afectados por la DANA. Te contamos cómo puede funcionar su apoyo en cada una de las etapas y cuáles pueden ser los principales focos de atención.

• Normalmente, el abordaje del apoyo a pymes y autónomos afectados por la DANA ha de ser multidisciplinar.
• El punto de partida debe ser un detallado análisis del nuevo entorno.

Los clientes afectados por la DANA requieren un apoyo preciso por parte de sus asesores. Esto es fundamental para clarificar cuál es la situación de las pymes y los autónomos en cada momento y cuáles son las posibles decisiones que puedan tomarse y sus expectativas y riesgos asociados.

Por ello, la buena organización de los asesores es parte del éxito de los clientes afectados por la DANA. Al mismo tiempo, es una oportunidad de aprendizaje para las propias asesorías y despachos profesionales. Sin embargo, también será necesario afrontar entornos y enfoques nuevos en muchos casos.

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Cómo ayudar a comprender el entorno a los clientes afectados por la DANA

Tras una catástrofe como la que han sufrido los clientes afectados por la DANA, sus asesores deben orientarles acerca de cómo ha cambiado el entorno en varios aspectos:

• Jurídicamente, el primer foco está en las novedades legales que se van aprobando, entre ellas las de las ayudas. Junto a ello, también es importante comprender bien cómo las nuevas circunstancias afectan a los contratos de todo tipo.
• Uno de los aspectos complejos del asesoramiento sobre el entorno será el vinculado a las relaciones con proveedores y clientes. Desde el punto de vista comercial, puede haber cambios en las percepciones y necesidades de los clientes. 
• Serán muy demandados todos los servicios que ayuden con otros aspectos de la cadena de suministro. Dado que muchos elementos materiales se han deteriorado o perdido completamente, serán necesarios asesoramientos de tipo técnico. Es posible que haya que sopesar introducir elementos de una nueva generación tecnológica más moderna.
• Será importante comprender el nuevo entorno laboral. Por un lado, muchas personas, algunas clave para los negocios en los que trabajaban, se han visto afectadas. Por otro, la introducción de nuevos elementos y tecnologías más modernas puede requerir clarificar cuáles serían las necesidades formativas.
• Los intangibles (los que están en la contabilidad y los que no) también requerirán atención. La primera respuesta de la empresa frente a la crisis ha podido reforzarlos o deteriorarlos, pero también han podido verse afectados por todos los otros cambios en el entorno.
• La tesorería reclamará un seguimiento continuado. Se han aprobado líneas de avales para acceder a financiación a corto plazo, pero es importante detectar cuándo serán necesarios y en qué cuantía.
• En el plano contable y fiscal, serán necesarias labores de apoyo relacionadas con las consecuencias de todos los demás cambios en el entorno.

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El acompañamiento en las decisiones de los clientes afectados por la DANA

Una vez el cliente tiene un conocimiento mínimo sobre la evolución de su entorno, comienza el momento de la toma de decisiones. 

La atención se dirigirá, en un primer momento, a la batería de ayudas gubernamentales disponibles. También será importante informarse sobre iniciativas de colaboración del sector privado. A partir de ahí, se abren dos líneas simultáneas de trabajo:

• La tramitación de las ayudas: documentación, presentación de solicitudes, seguimiento de resoluciones y cobros, presentación de recursos, etcétera.
• Las nuevas decisiones sobre el negocio. 

Esta fase es como un rompecabezas gigante. Tienen que casar muchos trámites y decisiones y será frecuente ver despachos con un gran número de clientes afectados por la DANA. Por tanto, es esencial organizarse y que los pasos se den en el orden correcto.

En ese sentido, es muy importante establecer el clima de colaboración necesario entre despachos. El problema generado es de tipo multidisciplinar y cada asesor ha de complementarse con los demás. 

Puede ser muy conveniente que los clientes afectados por la DANA cuenten con algunos profesionales de referencia. Con el objetivo de que se encarguen de transmitir los mensajes correctos entre asesores de distintas ramas.

Los afectados por la DANA requieren un asesoramiento multidisciplinar y coordinado que analice todos los puntos del nuevo entorno.

La puesta en marcha de los planes

Es de esperar que, con las ayudas públicas y privadas, muchos negocios puedan volver a abrir. En otros casos, puede ser recomendable comenzar una fase de liquidación. Este es un aspecto delicado, pero que el cliente afectado por la DANA debe tomar con la máxima información posible. 

En cualquier caso, serán pocos los negocios a los que no les convenga un cambio. La fase de transición, con la puesta en marcha de los nuevos planes será todo un desafío para los asesores. Tienen que llevar a sus clientes de la mano en un proceso que requerirá muchos aprendizajes y en el que el replanteo de decisiones puede ser frecuente. 

Focos principales de atención:

• El análisis de la información que proporcionen técnicos de construcción y reformas y los proveedores de mobiliario, maquinaria, vehículos y otros elementos materiales.
• La monitorización de la tesorería, en especial en lo que tiene que ver con la llegada de cobros de diferentes líneas de ayuda y endeudamiento necesarios para abordar los desembolsos.
• La pertinencia o no de iniciar procedimientos para reclamar en aquellos casos en los que los clientes no estén de acuerdo con algo. Aquí no solo entrarían los recursos administrativos y contencioso-administrativos, sino también requerimientos, negociaciones y juicios con particulares y otras entidades del sector privado.
• El seguimiento de la situación comercial y de aprovisionamiento. Es importante comprobar si lo que se valoró en el análisis previo del entorno estaba en lo cierto. Además, los asesores pueden ayudar a encauzar las negociaciones con clientes y proveedores de especial volumen.

El asesoramiento en el control

Para sobrevivir, las empresas afectadas por la DANA deberán no solo comparar sus nuevos planes con lo que realmente vaya sucediendo, sino también aprovechar para aprender. Se adentrarán en un entorno complejo y tendrán que analizar hasta qué punto sus estructuras ayudan a resistir y crecerse ante la dificultad.

En esa tarea, el papel de los asesores es, como siempre, aportar su conocimiento. La perspectiva que tienen puede ofrecer ideas para la mejora y la resiliencia. Llegado el momento, podría considerarse, en su caso, superado el trance crítico para el negocio.

En resumen, el producto final del asesoramiento será una mejor organización y una toma de decisiones orientada en una dirección más correcta. Por eso, los momentos duros son especialmente importantes para reforzar la confianza entre asesores y clientes.