Estas son las alternativas que tienen las pymes frente al crédito bancario
Construir los cimientos de una empresa nunca ha sido un camino fácil. Existen muchos momentos en los que se necesita inversión, especialmente en el inicio de actividad o cuando queremos que nuestro negocio crezca. Si pensamos en encontrar financiación automáticamente, lo asociamos a una entidad financiera. Pero si algo han descubierto las empresas durante la crisis es que existen muchas alternativas de financiación a las que se puede recurrir.
Mientras que en Europa tenemos una gran dependencia a los préstamos bancarios y líneas de crédito que suponen el 80% del crédito, en Estados Unidos solo representa el 35%. Por lo tanto, ¿qué pueden hacer todas aquellas empresas que necesitan invertir, que quieren crecer o innovar para consolidar su proyecto a largo plazo? La clave se encuentra en las alternativas al crédito bancario a través de otras fuentes de financiación.
La vital necesidad de financiarse
En España, el 99% del tejido empresarial está formado por pymes. Muchas de ellas son micropymes, con menos de 10 trabajadores. Y a menor tamaño de la empresa, más dificultades para recurrir al crédito bancario. Debido a ello ,han surgido una gran cantidad de nuevas vías de financiación que pueden ser la alternativa perfecta al crédito tradicional.
Lo cierto es que, antes de nada, es importante controlar el equilibrio de deuda y capital, evitando caer en errores del pasado. Es necesario un cambio de cultura financiera de la empresa. Pero también en su toma de decisiones. La entrada de un inversor obliga a tener todos los datos financieros claros y una estructura de toma de decisiones mucho más clara.
En él se resumen las 12 alternativas a la financiación. Desde el micromecenazgo al crowdfunding, pero también créditos participativos o los créditos ICO a los que las empresas no recurren en muchas ocasiones por la excesiva burocracia y papeleo que supone para ellas.
La pérdida de independencia en la toma de decisiones
Desde pedir dinero a las tres F (family, friends and fools), que es lo más fácil de conseguir, a lograr convencer a un inversor externo, ya sea un business angel o Micro Venture Capitals, profesionales que pueden formar parte de nuestra empresa y ayudarnos en nuestro camino para crecer. Pero hay que tener cuidado, porque muchas veces acudir a una ronda de financiación externa implica estar comprando también un jefe al que tendremos que dar explicaciones sobre qué hicimos con su dinero.
A pesar del crecimiento de estas fórmulas de financiación alternativas, queda mucho por hacer; sobre todo en el campo de la regulación en las plataformas de financiación e inversores externos. Es importante contar la experiencia de otras empresas, para saber las consecuencias de tener este tipo de inversores. Pero también para saber claramente que hacer con el dinero que se ha logrado de dicha financiación. No es el primer caso de una startup que levanta millones de euros en financiación y acaba por invertir mal dicho capital y quiebra.
El cliente, tu primer inversor
No es un camino sencillo llamar la atención de un fondo de inversión, como de Venture Capitals. En Estados Unidos, donde están más extendidos, se crean al año más de 2 millones de empresas y solo 5.000 consiguen financiación de una VC. En España no es muy diferente. Un fondo de inversión puede recibir entre 800 y 1.000 peticiones al año, de las cuales solo se financian seis u ocho, con una probabilidad estadística muy baja.
Por eso es necesario siempre en lograr que la empresa sea rentable desde el primer minuto, lograr que sea el cliente quien nos financie. Aquí la fórmula del crowdfunding es muy interesante, ya que no solo se consigue el dinero que se necesita, sino una base de clientes que ya compran el producto de la empresa.
El crédito siempre tiene que ser al última etapa del proceso. Es importante diversificar las fuentes de financiación con las que contemos, así como introducir otras alternativas de las que se derivan un sinfín de ventajas, que harán que nuestra dependencia a los bancos sea mucho menor. De esta forma, no tenemos todos nuestros recursos en una sola procedencia.