Temporada 2: Da rienda suelta a la productividad
A menos prisas, más velocidad: Cómo convertir el descanso en una prioridad
En el trabajo, es vital encontrar momentos para pausar y reflexionar. Aunque parezca que no hay tiempo, incluso unos segundos pueden tener un gran impacto en la productividad. También se pueden aprovechar pausas más extensas para beneficio propio.
- En el entorno laboral, pausar conscientemente mejora la productividad y el bienestar.
- El descanso, en sus diversas formas, es esencial para mantener un enfoque y rendimiento óptimos.
En el trabajo, siempre hay ocasión de parar. Puede que no lo parezca, pero siempre hay tiempo de pararse a reflexionar un momento; incluso unos pocos segundos o minutos pueden tener un potente efecto sobre nuestra productividad en el trabajo. También podemos hacer eso mismo a mayor escala: pasar un día o dos cada pocos meses lejos de las tareas cotidianas puede tener efectos muy positivos. Bill Gates, por ejemplo, solía dedicar una semana cada dos años a la reflexión.
Un líder empresarial en un programa de liderazgo de la Universidad de Oxford me dijo esto una vez: «Me he dado cuenta de que descansar puede ser una actividad de lo más productiva». Esta es una idea muy potente: hacer una pausa, ya sea un momento antes de entrar a una sala o una semana de desconexión de las presiones diarias para pensar en la estrategia, puede ser un catalizador para volver a centrarse, regenerarse o revitalizarse.
Haz una pausa para volver a centrarte o desconectar
Lo bonito de las pausas es lo sencillas y familiares que nos resultan. Además, todos tenemos la capacidad de decidir qué tipo de descanso necesitamos y cuánto tiempo queremos que dure. No necesitas rediseñar toda tu vida laboral, ni crear un complejo sistema de gestión del tiempo, ni practicar meditación, yoga o taichí, por muy beneficiosos que resulten.
Basta con convertir el descanso en una prioridad tomando conciencia de la importancia de parar de vez en cuando, dándote permiso para hacerlo e invitándote a probar para descubrir qué es lo que mejor te funciona.
Este puede ser lo bastante corto como para recuperar la concentración en momentos de estrés o lo bastante largo como para «desconectar» de un problema o de un proyecto agobiante. Existen varias formas de aprovechar el poder del descanso que puedes aplicar en tu jornada laboral.
Respira hondo
Por suerte, la respiración es automática, por lo que usarla para ayudarnos a superar un periodo intenso o estresante resulta muy natural. Este sencillo acto te cambia física y mentalmente. Cuando sientas el agobio de una bandeja de entrada llena, llamadas incesantes o plazos inminentes, es conveniente respirar hondo antes de reaccionar o responder. Esto no es nada místico: la ciencia ha demostrado en numerosas ocasiones que respirar hondo o suspirar resetea nuestro sistema nervioso de muchas formas.
Concentra tu atención en tu vientre, relájalo y deja que se expanda —en lugar de respirar desde el pecho—, y respira con suavidad. Concentrarte en tu cuerpo durante tres o cuatro segundos te permitirá cambiar de actitud, mejorará tu estado de ánimo y hará que salgas del bucle de la prisa, el pánico o las reacciones desproporcionadas.
Da un paseo
Otra sencilla forma de descansar es dando un paseo. Esto es algo para lo que puedes sacar tiempo en determinados momentos del día, o también puedes optar por la espontaneidad y dar uno cuando lo necesites. Caminar y pensar están estrechamente ligados y te aportan un descanso mental natural. Yo lo veo como una forma de crear espacio, como una oportunidad de pensar en ideas o tareas y de abordarlas de otra forma. El cuerpo y la mente están interconectados, así que cuando mueves el cuerpo, la mente se mueve con él. A veces, eso es justo lo que necesitamos.
Incluso un corto paseo puede hacer que cambies de actitud. Durante un descanso natural, prueba a dar un corto paseo por donde vives o trabajas para hacer que tus pensamientos fluyan. O plantéate dar uno algo más largo durante la hora de la comida para desconectar. En apenas unos minutos, podrás cambiar tu ritmo físico y mental con efectos inmediatos. Durante estas pausas, el subconsciente tiende a hacer un trabajo increíble por ti, por lo que no solo volverás descansado, sino también con nuevas perspectivas e ideas. Yo tuve la idea de cómo estructurar mi libro Pausa durante uno de estos paseos. Estaba bloqueado y, en lugar de seguir insistiendo, me fui a dar un paseo con el perro y así es como me vinieron las ideas.
Cuenta hasta uno
Puede que una forma más fácil y rápida de hacer una pausa sea contar hasta uno antes de entrar en tu despacho o en una reunión. Suena ridículamente corto, pero te prometo que ayuda. Obviamente, también puedes contar hasta tres o hasta diez, y eso te dará algo más de espacio, pero incluso contar hasta uno te obligará a hacer una breve pausa lo suficientemente larga como para poder comprobar cómo te sientes.
Otra cosa que puedes hacer es buscar detonantes —lugares o momentos— para descansar de forma que no tengas que depender de entrar físicamente en una sala para hacerlo. La gente piensa que no tiene tiempo, pero yo siempre digo que da igual lo ocupado que estés o el cargo que ocupes en la empresa: ¡nunca se está demasiado ocupado como para no poder contar hasta uno!
Convierte el descanso en una prioridad
La vida no es productiva cuando no descansamos, y esto influye en cómo nos sentimos física y mentalmente. Yo considero que si no te paras a pensar, la vida te obligará a hacerlo tarde o temprano. Ahora que el desgaste es cada vez más habitual en nuestra vida profesional, sobre todo si se te considera una persona de éxito, una pausa es algo sutil pero poderoso que puede ayudarte a cambiar de ritmo. Con frecuencia, esto pasa por reducir la velocidad, pero no siempre. Descansar consiste en ser flexible y gestionar el tiempo como mejor te venga.
Así pues, hagas lo que hagas y vayas a la velocidad que vayas, convierte las pausas en una prioridad. Los resultados te ayudarán a hacer que las cosas fluyan mejor y te mantendrán más productivo a largo plazo.