¿Qué es el control financiero?

Conoce en qué consiste el control financiero y qué sentido tiene. Además, te contamos qué papel juegan las personas y la tecnología en el control de las operaciones financieras.

• El control financiero sirve de instrumento regulador del comportamiento de la empresa.
• Una de las bases firmes que sostienen el crecimiento empresarial es el control de las operaciones financieras.

El control financiero es una de las grandes palancas de cambio cuando una empresa aspira a ganar tamaño. Facilita las transiciones, la capacidad de anticipación y los procesos de crecimiento. 

Precisamente por ello, en algunas empresas de menor tamaño genera cierto miedo. Se ven poseídas por una suerte de complejo de Peter Pan y tienen temor a crecer. Saben que el control financiero va a orientar cambios que, a veces, producen preocupación. Es por ello por lo que estos negocios se ven muy beneficiados cuando ven no solo que el control financiero es algo muy natural en todo tipo de empresas, sino que también es un factor facilitador de su propia actividad.

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¿Qué es el control financiero?

Las finanzas empresariales implican un proceso en dos fases: la financiación y la inversión. Eso lleva a un movimiento temporal del dinero:

• Financiarse implica traer al momento actual un dinero que la empresa tendrá que ir generando con el tiempo. 
• Invertir supone que esos fondos se destinen a desembolsos que permitan contar con recursos suficientes para poder generar en el futuro una corriente de cobros que compense.

Por lo tanto, la dimensión temporal es clave en las finanzas y, en particular, en las empresariales. Hay que trazar planes para el momento actual y para el futuro. Todo debería ser congruente y seguir una estrategia ordenada.

Sin embargo, en la práctica, los resultados se suelen desviar, en mayor o menor medida, de lo planificado. Como consecuencia de esa nueva información, es probable que algunas de las acciones trazadas ya no sean la mejor respuesta para conseguir los objetivos. Surgen así las necesidades de control y de diseño de medidas de corrección. 

Además, como es lógico, no se puede evaluar la situación ni corregir a ciegas. Ahí juegan un papel fundamental los sistemas de información empresariales (desde la contabilidad financiera y de costes, los movimientos bancarios, los datos comerciales, los sensores y otros medidores de procesos, las soluciones de seguimiento del rendimiento laboral, las herramientas de interpretación del entorno, etcétera). 

En ese sentido, el control de las operaciones financieras puede ser visto como una práctica de mantenimiento de sistemas de información y de procesos de decisión. De lo que se trata es de tener todos esos mecanismos regulados para que las finanzas estén bajo control.

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La coherencia en el control de las operaciones financieras

A diferencia de algunas otras áreas empresariales, el control financiero no maneja unos medios propios al 100 %. Todos sus sistemas de información y protocolos dependen, en mayor o menor medida, de otros departamentos. 

De hecho, el flujo de datos que manejan los controllers financieros muchas veces ponen al descubierto fortalezas y debilidades internas y oportunidades y amenazas externas. Eso ha de traducirse en acciones que afectan a la empresa como conjunto. Por ello, se plantean problemas de incentivos de las diferentes áreas implicadas en la información y medios que manejan los responsables del control financiero. 

La conclusión es clara. Si todos los departamentos tienen una dependencia mutua, el caso del de control financiero es extremo. En realidad, su labor pierde sentido sin una interlocución fluida y coherente con las otras áreas de la empresa.

Los conocimientos del personal al servicio del control financiero

El personal que trabaje directamente en el control financiero o colabore en él, debería de contar con ciertos conocimientos. Aunque pueden ser complementados entre varias personas, algunos de los más provechosos son los de las siguientes materias:

• Contabilidad financiera y de costes, ya que permiten obtener una mejor visión de lo que sucede en la empresa y de su proyección exterior.
• Teoría financiera, ya que ayuda a comprender las decisiones que implican movimientos de dinero a lo largo del tiempo.
• Análisis matemático, para poder manejar capacidades analíticas, de cálculo, modelización e interpretación.
• Estadística, que ayuda mucho en la interpretación y procesamiento de los datos.
• Impuestos, por su influencia en las decisiones financieras.
• Derecho mercantil, en especial en las áreas relacionadas con operaciones financieras.
• Otras materias jurídicas que contribuyan a entender las normas que delimitan las decisiones.
• Teoría económica, para la mejor comprensión del entorno y los procesos de decisión de los diferentes agentes.
• Sistemas de información, en especial en lo referente a la extracción del mayor rendimiento al hardware y software al servicio del control de las operaciones financieras.
• Idiomas, por su importancia en el control de operaciones financieras internacionales.
• Materias técnicas relacionadas con el ámbito de trabajo de la empresa, por la necesidad de entender a los técnicos de esas materias y de hacerse entender por ellos.

Las habilidades requeridas para el control financiero

Junto a los conocimientos, es conveniente que las personas que trabajan para el control financiero tengan ciertas habilidades y características personales:

• Capacidad de trabajo en equipo, ya que tiene una gran dependencia de otros profesionales. 
• Dotes de comunicación oral y escrita, puesto que los informes son parte importante de su trabajo.
• Paciencia y perseverancia, debido a la orientación a largo plazo de su campo de acción. 
• Habilidad para el análisis, por su importancia en la descripción de la situación de la empresa y su entorno.
• Orientación hacia los problemas de incentivos, ya que sin un abordaje continuo no se llegará a conclusiones útiles.
• Visión estratégica, que ayudará a imprimir una coherencia temporal a la labor de control financiero.

La tecnología al servicio del control financiero

Al final, toda tecnología que use la empresa e implique flujos de datos tendrá una repercusión en el control financiero. De una manera u otra, acabará influyendo en la visión de los resultados obtenidos y en el asesoramiento para el diseño de medidas de corrección. 

Sin embargo, hay una que está destacando cada día más: el ERP. Lo hace porque, en cierto modo, se convierte en un ‘hogar’ donde los datos de tu empresa se sienten cómodos y se integran de forma coherente. 

Así, por ejemplo, soluciones como Sage 200 permiten potenciar tu capacidad de análisis y dar fluidez a las decisiones. Por tanto, el proceso de control financiero se naturaliza, simplifica y se hace más flexible y adaptable a las necesidades.

En resumen, el control financiero no es un fin en sí mismo, sino un medio para mejorar la capacidad de tu empresa de regularse y optimizarse de forma dinámica. Para ello, debes contar con la orientación, personas y tecnologías adecuadas.